Cuando se trata de habilidades laborales, encontramos dos tipos: habilidades blandas y habilidades fuertes. Aunque pueden ser muy distintas las unas de las otras, ambas son necesarias para tener éxito en el trabajo que desempeñes.
En la actualidad las organizaciones compiten entre sí, para lograr los mejores resultados frente a la competencia y en gran parte se debe a las habilidades que posea su equipo de trabajo.
Los profesionales que tienen desarrolladas sus habilidades racionales, sociales y de inteligencia emocional, tienen más oportunidades para conseguir la vacante que desean. Muchas personas enfocan su atención en tener un currículum impecable, pero no toman en cuenta lo importante que son otro tipo de habilidades que les ayuden desarrollar un buen trabajo en equipo.
A continuación, te explicaremos su importancia a nivel profesional:
Habilidades Fuertes
Las habilidades fuertes, hacen referencia a aquellas habilidades laborales que están conformadas por destrezas técnicas necesarias para desarrollar actividades específicas dentro de una organización.
Son los conocimientos que se obtienen, a través de títulos académicos, posgrados, cursos o programas de capacitación, etc. Son determinantes en el proceso de selección de personal.
Ayudan a hacer un trabajo óptimo, ya que se enfocan en las tareas y actividades que debes realizar en tu profesión. Para desarrollarlas, muchas personas dedican años de estudio y preparación, por lo que actualmente la competencia suele ser reñida.
Por lo general, se encuentran enumeradas en tu síntesis curricular, son fáciles de reconocer para un empleador o reclutador, comprobando los documentos o certificados que avalen tu experiencia y conocimientos.
Habilidades Blandas
Son todas aquellas aptitudes sociales que son utilizadas en el entorno laboral, estas se relacionan con los conocimientos técnicos y con la manera como se ponen en práctica.
Entre las habilidades blandas más buscadas para el entorno laboral están: la comunicación asertiva, trabajar en equipo, liderazgo, empatía, facilidad de adaptación, motivación, negociación, toma de decisiones, tener iniciativa, pensamiento crítico, la capacidad para poner límites y la puntualidad.
Las empresas cada vez más reconocen los beneficios de las habilidades blandas y son valoradas a la par con los conocimientos para el cargo.
Las habilidades blandas permiten que una persona pueda destacarse ante los demás. Por ejemplo, planificar y gestionar tus tareas a tiempo, será mucho más atractivo para la empresa. Además, tu visión de resultados y las capacidades de negociación que poseas, pueden aumentar las posibilidades de triunfar profesionalmente.
Estas habilidades son difíciles de evaluar y no se pueden comprobar por medio de la descripción en una síntesis curricular, por este motivo los empleadores se encargan de observarlas por medio de la entrevista o en los periodos de prueba del trabajador. Aunque las incluyas en tu hoja de vida estas solo podrán comprobarse personalmente.
¿Qué tipo de habilidad es más importante?
Aunque las habilidades fuertes o técnicas son de carácter obligatorio, las habilidades blandas son las que determinan la decisión final del equipo de recursos humanos, ya que tener conocimientos técnicos no siempre son suficiente.
En la actualidad, se le da mucho valor a las personas comunicativas, que sepan negociar y tengan facilidad para trabajar en equipo por dar un ejemplo, ya que esto fortalecerá la relación con los demás empleados.
Ambas habilidades dependen una de la otra, pues son un complemento base para que todo profesional tenga éxito en cualquier puesto de trabajo.
De esta forma, demostrar esas habilidades en una entrevista de trabajo o en la rutina diaria de tus actividades laborales, será un punto más a tu favor, ya que los reclutadores, siempre estarán atentos a tus acciones para llevarte al siguiente nivel en la empresa.
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