La gestión y entendimiento de las emociones en el ámbito laboral tiene grandes beneficios, entre ellos la productividad y la resolución de conflictos. En este artículo descubrirás por qué desarrollar la inteligencia emocional es clave para convertirse en un gran líder.
¿Cómo respondo a las frustraciones en mi día a día?, ¿cuál suele ser mi reacción ante discrepancias que terminan en discusiones?, ¿soy consciente de cómo mis palabras y acciones afectan a los demás?
Las respuestas a estas preguntas pueden contener información realmente útil acerca de nuestra inteligencia emocional, un concepto que aunque ya se conocía antes de los años noventa, fue popularizado en 1995 por el doctor en psicología en la Universidad de Harvard, Daniel Goleman.
Años después, otros estudios siguen avalando que las habilidades de una persona van más allá de su coeficiente intelectual, y que la inteligencia emocional, es decir, la capacidad que tenemos para gestionar y expresar nuestras emociones y reconocer las de quienes nos rodean, es fundamental para alcanzar la satisfacción laboral y un componente clave del liderazgo efectivo.
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Aun cuando un líder tenga un entrenamiento excepcional y una mente incisiva, no será lo suficientemente bueno para ser un gran líder. De hecho, la inteligencia emocional representa casi el 90% de lo que diferencia a los empleados de alto rendimiento de otros con conocimientos y habilidades técnicas similares.
Según el autor, hay cinco elementos que funcionan como herramientas para desarrollarla:
- La autoconciencia o el autoanálisis, es decir, reconocer los sentimientos y estados de ánimo propios y entender cómo afectan tanto a nuestras acciones como a la relación que tengamos con el entorno, procurando, al mismo tiempo, ser conscientes de nuestras fortalezas y debilidades.
- La motivación o ese motor que nos impulsa con una actitud positiva a alcanzar aquello que nos apasiona y a aprovechar las oportunidades, independientemente de los obstáculos que se nos presenten.
- La autoregulación o autocontrol que, básicamente, nos permite responder de manera asertiva al pensar antes de actuar y controlar nuestros impulsos, evitando conflictos y altercados con los demás.
- La empatía o esa capacidad de reconocer los sentimientos, necesidades y pensamientos del otro e interesarse por sus preocupaciones.
- Y las habilidades sociales que condensan lo anterior y que nos sirven para mantener mejores relaciones interpersonales y, por ende, lograr niveles altos de cooperación y respeto.
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Como ves, son aspectos que nos sumergen en nuestro propio universo pero que también nos llevan a conectar con los demás, una capacidad que debe tener cualquier persona en posición de liderazgo para poder cumplir, justamente, con el propósito que persigue esta habilidad: inspirar, influenciar y servir de guía para el logro de determinadas metas y objetivos.
Visto de esta forma, trabajar en la inteligencia emocional proporciona una inmensa ventaja en distintas direcciones:
- Permite el flujo constante de la comunicación.
- Alimenta los sentimientos positivos hacia la organización y su misión.
- Crea un ambiente de confianza.
- Ayuda a pensar con claridad y a mantener la calma.
Por eso, aquí tienes algunos consejos que puedes incorporar a tu rutina de trabajo:
- Haz una pausa para respirar, salir a caminar o lo que sea necesario para responder de manera más adecuada al estrés y la adversidad.
- Practica la escucha activa y haz preguntas para entender de una manera más profunda lo que siente y desea la otra persona.
- Muéstrate dispuesto a ayudar a tus empleados y a reconocer sus esfuerzos. Esta conexión a un nivel más personal demuestra que te preocupas por ellos y genera mayor confianza.
- Aborda los conflictos adecuadamente a medida que surgen. Según algunas investigaciones, cada conflicto no abordado puede hacer que se desperdicien alrededor de ocho horas en chismes y otras actividades improductivas. El costo es muy alto si se piensa en todos los que no se resuelven.
- Analiza el lenguaje corporal y las reacciones de tus compañeros de trabajo ante anuncios inesperados o conflictos. Ponte en el lugar de ellos, piensa en los motivos detrás de lo que pudieron haber dicho o hecho. Luego considera cuáles puntos deberían aclararse y las posibles soluciones a la problemática.
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Puede ser desafiante desarrollar el autoconocimiento, ver el mundo como lo ven los demás y aceptar una variedad de perspectivas sin juzgar, pero, sin lugar a dudas, la inteligencia emocional es crucial para avanzar en tu carrera y lograr los mejores resultados para tu organización.